Ayer celebrábamos el simbólico Día Internacional de la Mujer. Digo simbólico porque ese día se hacen más presentes en nuestra sociedad el mensaje que, principalmente, las entidades de lucha por la igualdad entre mujeres y hombre realizan día a día en nuestra sociedad y que muchas veces son auténticos gritos en el desierto.
Ayer dedicábamos una entrada a dicho día como pequeño granito de arena de la gran montaña que debemos construir entre todos para conseguir una igualdad plena entre mujeres y hombre en la sociedad. Intentábamos contextualizar el día, su significado y su evolución.
Hoy, siguiendo la estela queremos acercarnos a una realidad más tangible.
Tenía serias dudad de cómo expresar bien la intención de este post para que nadie se sienta molesto con el mismo. Lo digo, porque vamos a hablar de un ámbito muy concreto, las mujeres en el cuidado de las personas mayores.
Desde aquí, mi más firme apuesta por la igualdad plena de las mujeres en todos los ámbitos y en todas las esferas de la sociedad, porque como bien sabemos y, no solo de palabra, al mundo le irían mucho mejor las cosas si las mujeres tuvieran la cuota de poder que les corresponde por su valía.
Desde aquí, aunque hoy tratemos el área de las mujeres y el cuidado de las personas de edad, mi apuesta decidida por las mujeres empresarias, políticas, técnicas, administrativas, etc… cualquiera que sea el lugar que merecen en la sociedad.
Pero hoy, traído para compartir la experiencia de una cooperativa de más de 400 mujeres que llevan casi 30 años en el mercado laboral.
Es importante este dato de casi 30 años, porque hace 30 años la realidad laboral de las mujeres trabajadoras y la del mundo de las personas mayores no era ni de lejos el que hoy vivimos, al menos en Euskadi que es donde se ubica Servicios Sociales Integrales.
Nada más entrar en su web uno se puede dar cuenta rápidamente que entra en un espacio diferente. El logo de la empresa se construye con las imágenes de las socias cooperativas, entre las partes de su web hay un apartado que dice “nosotrAs”.
Se definen como “Grupo Servicios Sociales Integrados S. Coop. es una cooperativa que integra empresas de iniciativa social y de utilidad pública, compuesta por personas profesionales y gestoras, para dar respuesta de forma integral a las necesidades sociales de personas con vulnerabilidad social y dependencia en Euskadi”.
Ellas mismas nos cuentan su nacimiento como empresa “Servicios Sociales Integrados Sociales Sociedad Cooperativa nace el 16 de diciembre de 1986 formada por 35 socias, Auxiliares de Ayuda a Domicilio, y dos socias más que desempeñaban tareas administrativas, especializándose en la prestación de Servicios de Ayuda a Domicilio en el municipio de Bilbao. La historia de Servicios Sociales Integrados S. Coop. es común a la de otras empresas de Economía Social que, en la década de los 80 y en un contexto de expansión de los Servicios Sociales, se constituyó tras constatar la necesidad de organizarse para el autoempleo de personas que prestaban el Servicio de Ayuda a Domicilio u otros Servicios Sociales, generalmente en el ámbito de la economía sumergida. Desde entonces ha desarrollado con éxito una auténtica experiencia de reparto de trabajo y promoción de la mujer. Servicios Sociales Integrados es además la única Cooperativa en el Estado de carácter social y de gran dimensión gestionada íntegramente por mujeres”.
Sin duda no podemos dejar pasar desapercibida esta valiosa información. Recordemos que en la década de los 80, los ratios de personas mayores en Euskadi no eran ni de lejos los que tenemos hoy. Además, a principios de los 80, Euskadi vivió una impresionante crisis económica y social fruto de la desaparición de emblemáticas empresa como Altos Hornos de Vizcaya, la Naval de Euskalduna o la Babcock Wilcox. Entiendan que cada vez que se cerraba una de estas empresas, suponía la destrucción de miles de empleos directos y otros tantos indirectos.
El Estado español y por tanto también Euskadi, no entró en la Unión Europea hasta el 1 de enero de 1986, pocos meses antes de que nuestras protagonistas de hoy se organizaran en empresa cooperativa.
Un momento en que los que se ya entonces se llamaban “nuevos yacimientos de empleo” se situaban ya en gran medida en las opciones de los servicios sociales. Donde las mujeres, como casi siempre, sufren las situaciones de paro de una manera en unos índices muy superiores al de los hombres. Un momento, en el que a nivel de empleo, la principal preocupación de la UE era que las personas mayores de 55 no fueran expulsadas del mercado laboral.
En aquellas circunstancias, el grupo de mujeres que gestaron Servicios Sociales Integrados, que luchaban en aquellas condiciones, ya fueron capaces de ver, de vislumbrar, no solo la necesidad de prestar este tipo de servicios, sino de hacerlo desde el propio mercado laboral.
Quiero dejaros ahora con la experiencia que narra Karmele Acedo, responsable de SSI.
Ahora, la apuesta se ve como relativamente sencilla, pero hay que contextualizarlo en aquellos años y en aquellas circunstancias. Pero sobre todo hay que reconocer el esfuerzo, la valentía y el buen hacer de este equipo de profesionales.
Desde aquí, mi agradecimiento a Karmele Acedo y al grupo Servicios Sociales Integrados por todas las facilidades que me han dado para hacer posible llegar a nuestros lectores su experiencia.