Hoy 29 de abril celebramos en toda la Unión Europea el día europeo de la solidaridad intergeneracional. Y esto es así desde que, en 2008, dentro de una conferencia de la UE en Brdo, Eslovenia, los días 28 y 29 de abril, la Presidencia eslovena de la Unión Europea anunciara la propuesta de declarar el 29 de abril Día Europeo de solidaridad y cooperación entre generaciones.
Son muchas las entidades, sobre todo relacionadas con las personas mayores o personas adultas mayores, que celebran y difunden este día como una autentica necesidad de promover las relaciones intergeneracionales.
Seguramente, si usted rastrea en la red, encontrará muchas de estas entidades.
Hoy, en concreto, el “Laboratorio de Espacios Intergeneracionales” ha lanzado un manifiesto “La intergeneracionalidad suma vidas” que os invitamos a leer y a adheriros al mismo si lo consideráis oportuno.
Yo, por mi parte la reflexión de hoy en materia de intergeneracionalidad la quiero hacer desde la situación en que nos encontramos a nivel mundial. La situación de pandemia que ha provocado el Covid19.
Todos los países del planeta Tierra han sido golpeados en mayor o menor medida por la pandemia y sus consecuencias están siendo devastadoras en vidas humanas y en materia de salud.
Y esto, la salud, es lo que nos afecta a cada una de las personas, a cada uno de los seres humanos. Pero afecta también a la sanidad, que es la forma de gobernanza de la salud.
La gran mayoría de las personas somos conscientes que la crisis del Covid19 va a suponer un hito en la historia. Lo que todavía no está tan claro es que vaya a suponer un antes y un después en la gobernanza del planeta. Las consecuencias sociales y económicas de la pandemia también están siendo devastadoras. Los países que tienen una mayor protección social la afrontan de manera diferente a quienes no tienen un sistema de protección sanitario y social generalizado.
Las consecuencias que a día de hoy estamos padeciendo por el Covid19, ya tienen consecuencias intergeneracionales. Es verdad que las personas más afectadas son las personas mayores. Ahí se está cebando en muertes el Covid19. Pero también es cierto que las niñas y los niños llevan por el momento seis semanas confinados en un inmenso gesto de sacrificio intergeneracional porque a ellas y a ellos nos les ataca el virus, pero si son principales agentes transmisores. Durante mucho tiempo abuelos y abuelas os han querido y os han cuidado, en muchos casos en vuestro día a día. Y siempre les habéis devuelto vuestro cariño, pero ahora les estáis dando vuestra generosidad en un momento de absoluta necesidad. Gracias.
Yo no sé si el post covid19 va a suponer un antes y un después en la sociología de cada país, en la gobernanza de cada país y en la gobernanza internacional. No lo sé y aun no soy capaz de describir un escenario de futuro a corto y medio plazo. Pero sí sé que es una gran oportunidad para introducir en la ecuación de la vida que nos va a tocar vivir en las próximas décadas elementos nuevos a la educación. Elementos que hagan que la ecuación nos dé un resultado diferente al que nos venía abocando hasta ahora. Nuevos valores en la ecuación donde la economía no tenga la gran mayoría del peso como hasta ahora. Una ecuación donde la economía no sea el elemento principal sino una herramienta para que los Seres Humanos y las sociedades de cada país seamos capaces de vivir y convivir, donde seamos más solidarios y donde los “derechos de cuarta generación” tengan, como mínimo, el mismo peso que los coeficientes económicos.
Termino mi reflexión de este 29 de abril de 2020, Día Europeo de la Solidaridad entre generaciones, con un regalo que nos dejó Daniel Innerarity en una videoconferencia que impartió recientemente para las personas de DeustoAlumni.
Dediquen unos pocos minutos a escuchar y reflexionar. Espero que les guste.