Si la semana pasada hablábamos del aprendizaje a lo largo de la vida, hoy vamos a tratar otro de los pilares del envejecimiento activo, la salud. Y más concretamente la salud y la actividad física en el colectivo de las personas mayores.
La Comisión Europea nos dice que la actividad física está definida como “cualquier movimiento corporal asociado con la contracción muscular que incrementa el gasto de energía por encima de los niveles de reposo”. Esta amplia definición incluye todos los contextos de actividad física, esto es, actividad física en el tiempo de ocio (incluyendo la mayor parte de las actividades deportivas y el baile), actividad física ocupacional, actividad física en o cerca del hogar y actividad física conectada con el transporte.
La OMS propone que el objetivo para los adultos sanos con edades comprendidas entre 18 y 65 años, sea la de conseguir un mínimo de 30 minutos de actividad física de intensidad moderada durante 5 días a la semana o, al menos, 20 minutos de actividad física vigorosa durante 3 días a la semana.
Mientras para adultos con una edad superior a 65 años, se deberían conseguir en principio los mismos objetivos que para adultos sanos más jóvenes. Además, son de especial importancia en este grupo de edad los ejercicios para entrenar la fuerza y el equilibrio, para prevenir caídas.
Por tanto hemos de entender la actividad física no solo como el ejercicio físico, el deporte. Además del deporte, debemos enlazarlo con conceptos, términos y ámbitos tales como salud, educación, transporte, medio ambiente, planificación urbana, seguridad pública, entorno de trabajo y servicios para ciudadanos mayores. Mucho nos recuerda esto al programa de “Entornos Amigables con la edad” de Naciones Unidas.
Todos los profesionales coinciden en apuntar que “probablemente la recomendación más importante que se puede hacer a una persona de edad avanzada en orden a mantener en el mejor estado posible el conjunto de sus órganos y sistemas es la de que se mantenga físicamente activa”… porque “la edad nunca va a ser una contraindicación para practicar ejercicio físico de la forma más adecuada para cada persona. Esta actividad incluye desde el simple paseo hasta la práctica de no competitiva de algunos deportes como la natación, la marcha, el ciclismo, la gimnasia o el golf entre otros”.
“Cuando se trate de hacer deporte, siempre habrá que tomar en consideración algunos aspectos. Entre ellos evaluar cuál es el tipo concreto de deporte que se desea practicar y la experiencia previa en relación con el mismo. Evaluar el grado de intensidad del ejercicio que se pretende llevar a cabo, las circunstancias ambientales del marco en que se va a efectuar –época del año, espacio físico, equipamiento, duración, hora, etc…-«.
Todas estas recomendaciones y ánimos para la práctica del ejercicio físico no pueden desligarse de otras recomendaciones que completan la mejora de nuestro estado de salud, como son: una correcta alimentación y nutrición; la lucha contra los hábitos tóxicos como el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias.
La promoción de la actividad física es, como bien sabemos, una responsabilidad compartida que empieza por uno mismo y termina por la manera en que la gobernanza inserta las necesidad en su propia sistema.
En el caso de la Comisión Europea -igual que a cualquier otro nivel de gobierno-, el interés reside en que la actividad física, la salud y la calidad de vida están íntimamente conectadas. Es por ello que el programa de salud de la UE ha destinado 321 millones de euros en el período 2008-2013 a medidas que fomentan la salud y reducen las desigualdades en materia de salud, destinadas a aumentar el número de años de vida saludable y fomentar el envejecimiento saludable, así como medidas sobre cuestiones relacionadas con la seguridad del paciente y la información sobre salud.
La Comisión Europea ha propuesto un nuevo Programa salud para el crecimiento 2014-2020 orientado hacia los objetivos de la Estrategia Europa 2020, en particular hacia el empleo, la innovación y la sostenibilidad. Prevé ayudas específicas para la Asociación Europea para la Innovación sobre un Envejecimiento Activo y Saludable.
Y eso lo sabe muy bien la Unión Europea quien promueve por medio de la Asociación Europea para la innovación en envejecimiento activo y saludable, que para el año 2020 incrementemos en dos años nuestra esperanza de años de vida con buena salud. Es decir, no la esperanza de vida, que también, sino los años que dentro de ella vivimos con buena salud.
En este contexto, la Estrategia de salud de la UE para 2008-13 tiene tres objetivos explícitos:
- Promover la buena salud en una Europa que envejece.
- Proteger a los ciudadanos frente a las amenazas para la salud.
- Fomentar sistemas sanitarios dinámicos y nuevas tecnologías.
En el ámbito del deporte, la UE está actuando en la promoción de la
actividad física que mejore la salud, inclusive como un medio para alcanzar un envejecimiento activo y saludable. Todo ello, claro está, a sabiendas de que esta es una competencia de cada Estado miembro.
Sobre la actividad física en la población en general y en las personas mayores de 65 años en particular podrá encontrar una amplia literatura. Como ya sabe, en nuestro blog no es esa nuestra pretensión. Nosotros queremos concienciar, explicar y animar a que la población comprenda y abrace el paradigma del envejecimiento activo como una nueva forma de entender el proceso de envejecimiento y la vejez.
El Libro Blanco de Envejecimiento Activo dice que “la entrada en la vejez, a través de la jubilación, empieza a reconocerse como un momento en el que es posible introducir cambios en la vida, comenzar a desarrollar nuevos proyectos, cuidar la salud física y mental, disfrutar de iniciativas que no habían podido ser explotadas en el itinerario de la vida adulta”.
Según los datos que aporta dicha publicación, en 2010 en 26´9% de la población mayor de 65 años hacia deporte.
Por su parte, en el estudio sobre “condiciones de vida de las personas mayores en Euskadi 2010”, nos indicaba que el 89`9% de los hombres y el 83`2 de las mujeres decían hacer actividad física o deportiva. La frecuencia de la misma oscila del 63`8% lo practica a diario, el 13`6% semanalmente, el 6`3% con menos frecuencia y el 13`8 nunca lo practica.
Hemos consultado a las concejalías de deportes de las tres capitales vascas sobre la participación de las personas mayores en la oferta de polideportivos municipales de cada una de ellas.
En el caso de Bilbao, donde el 25´91% de la población es abonada a polideportivos municipales. Esta cifra se reduce hasta el 4´69% en tres las personas mayores de 65 años.
Como curiosidad diremos que la persona con mayor edad con carnet de polideportivo tiene 93 años.
Se ofertaron desde Bilbao Kirolak expresamente para personas mayores de 65 años un total de 11.540 plazas para diversos cursillos. Esta oferta se vio ampliamente superada por la demanda que fue de 16.970 personas.
En el caso de Donostia-san Sebastián, el número de abonados mayores de 60 años es de 3.853 lo que supone un 8´41 del total de abonados, pero solo el 2´30% de la población de la ciudad.
En el caso de Vitoria-Gasteiz, los polideportivos cuentan con 3.470 personas mayores de 65 años que realizan alguna actividad en los polideportivos de los cuales únicamente 1898 son abonados. Esto nos indica que muchos acuden a una actividad puntual y no a la oferta completa de los polideportivos.
Por tanto en Vitoria solo el 0´78% de la población tiene carnet de polideportivo.
Pero no nos engañemos. Estos datos son insuficientes para poder hacer una valoración de la situación de la actividad física de las personas mayores en cada municipio ya que cada ciudad dispone de un modelo diferente de oferta deportiva y de ocio que puede configurar las diversas maneras en que una persona mayor pude ejercitarse. Y además, en ninguno d los casos se contempla otras ofertas que pueden venir bien desde la propia administración pero de concejalías diferentes a la de deportes y tampoco contempla la oferta que los centros de jubilados ofrecen y que, sin ningún género de duda, complementan y de qué manera la sobresaturada oferta oficial de cada municipio.
Pero no hay que esperar a cumplir los 65 años para ponerse con el deporte. Es más como bien sabemos el envejecimiento activo afecta, incumbe a todos los momentos de nuestra vida. Es por ello que “la prevención es posible a cualquier edad y que poner en marcha las medidas adecuadas en este terreno va a contribuir, no sólo a la calidad de vida de las personas mayores, sino que también va a ser rentable en términos económicos al reducir gastos derivados de la morbilidad prevenida”. Porque la no práctica de actividades deportivas, la falta de actividad física casi siempre implicará sobrepeso, obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Es por ello que al hablar del ejercicio físico hemos de analizarlo como siempre proponemos, desde las tres niveles: el micro, el meso y el macro. O lo que es lo mismo, desde la propia persona y su responsabilidad, desde su entorno más cercano, los que le rodean y finalmente desde la gobernanza del sistema.
De lo micro, lo que tu como ser humano, como persona individual puedes hacer y poner de tu parte cabe decir en primer lugar que cuanto más temprano incorporemos el ejercicio físico a nuestra vida diaria mejor nos irá la vida en muchos sentidos. Además de la repercusión que a nivel de salud física y mental nos aporta, el ejercicio físico en la mayoría de las ocasiones lo practicaremos o bien en un recinto abierto al aire libre o en una cerrado, pero pocas veces sin que las posibilidades de interaccionar con otras personas se produzca. Eso quiere decir que también nos servirá para romper algunas barreras de soledad y para buscar compañía y relaciones personales con gente que necesita lo mismo que nosotros o simplemente tiene las mismas inquietudes y motivaciones que uno mismo.
No estamos hablando de un ejercicio físico de élite. Estamos hablando de cosas tan sencillas como dedicar una hora diaria de nuestro tiempo a caminar a un ritmo razonable acorde a nuestras posibilidades. Estamos hablando de abandonar el sedentarismo. Estamos hablando de empezar con cosas suaves y a medida que nos vamos acostumbrando esforzarnos día a día por mantenerlo o superarlo.
Pero a veces se hace dificultoso y aburrido pensar que uno va a salir a andar una hora sólo o sola todos los días. Que va a ir a la piscina a nadar. Piensa que a tu alrededor hay mucha gente como tú que piensa lo mismo pero que también necesita lo mismo. Habrá que hacer todo lo posible por aunar esfuerzos, deseos y actitudes. Hemos leído en numerosas ocasiones acciones esporádicas que han dado muy buen resultado. Me refiero a acciones del tipo de empezar a quedar a una determinada hora en un determinado lugar un grupo de personas que a priori ni se conocían o simplemente de vista y desde ese momento salen a caminar juntas, en compañía que es mucho más ameno y agradable. Me refiero a familiares que dedican ese pequeño esfuerzo a animar a sus mayores a que no se queden todo el día en casa. Que les animan a salir. Que les acompañan los primeros días o que simplemente les animan o ayudan a organizar un grupo de caminar en su pueblo, barrio o ciudad.
Y finalmente lo macro, la gobernanza del sistema. Lo que nuestras administraciones nos ofrecen para que podamos practicar ejercicio físico. Aquí quiero decir, que en general el esfuerzo es cada vez mayor pero que queda un paso importante en coordinas esfuerzos y evitar duplicidades.
Son muchos los municipios que han realizado actuaciones urbanísticas para facilitar la práctica de la actividad física al aire libre de una forma segura. Que incluso han instalado en plazas y parques aparatos para ejercitarse.
Esto no me lo invento yo. Esto es una realidad que muchas veces simplemente no vemos, simplemente creemos que no es para nosotros o simplemente no asimilamos a una parte del paradigma del envejecimiento activo.
Concluyo el post de hoy con el deseo de que quienes soléis leerlo, sea cual sea vuestra edad, seáis capaces de asumir que el ejercicio físico hay que realizarlo de la misma manera que hay que comer o beber.
Que el ejercicio físico contribuirá a nuestro bienestar y redundara en nuestra salud y en nuestro proceso de envejecimiento.
Que el ejercicio físico es una responsabilidad individual pero que precisa de acciones macro de ayuntamientos y gobiernos para que las posibilidades a la hora de realizarlas sean óptimas.
Le he pedido a Sabin Anuzita, concejal del ayuntamiento de Bilbao que nos hable sobre este asunto. Desde aquí mi agradecimiento por el tiempo que nos ha dedicado y por su análisis de la cuestión que hoy nos ha ocupado; el ejercicio físico y las personas de edad. Eskerrik asko Sabin.
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