Age Platform Europa, la voz de las personas mayores a nivel de la Unión Europea, por medio de su proyecto EuroAgeism que tiene como objetivo apoyar las políticas basadas en la evidencia en el campo de la discriminación por edad, en el marco de una serie de informes sobre políticas, lanza el primero de los mismos con la autoría de Hanna Köttl e Ittay Mannheim y bajo el título “AGEISM & DIGITAL TECHNOLOGY: Policy Measures to Address Ageism as a Barrier to Adoption and Use of Digital Technology”
El informe aborda una cuestión de gran interés en nuestros días. Ante una apuesta firme de los poderes públicos por la digitalización en muchos casos no se tiene en cuenta los ritmos de adaptación de todos los ciudadanos y las ciudadanas. La brecha digital, más presente si cabe entre el colectivo de personas mayores se convierte esta digitalización en un nuevo factor de exclusión social para quien carece de dichas habilidades.
La propia pandemia del Covid-19 y los confinamientos domiciliarios afloraron más si cabe esta realidad que generó numerosas situaciones de aislamiento. Ahora, los mecanismos de prevención ante la Covid-19 manifestados en la no presencialidad como norma fundamental entre las administraciones públicas están provocando desconcertantes situaciones que, únicamente se pueden paliar con las relaciones familiares o con la solidaridad. Simplemente el que tu aviso para acceder al proceso de vacunación lo recibas por medio de un SMS que te dirige a una URL de una web supone en el mundo de muchas personas mayores una barrera insalvable de manera individual.
Por todo ello, elementos como “AGEISM & DIGITAL TECHNOLOGY: Policy Measures to Address Ageism as a Barrier to Adoption and Use of Digital Technology” suponen un gran recordatorio de esta situación. Se nos recuerda y avisa que, en una sociedad que se digitaliza rápidamente, la igualdad de oportunidades para acceder y utilizar la tecnología digital es esencial para la inclusión y participación social. Sin embargo, las personas mayores suelen ser muy estereotipadas con respecto a sus habilidades para usar y aprender a usar la tecnología digital. Este resumen de políticas enfatiza la idea de que la discriminación por edad puede ser una barrera para el uso y adopción de la tecnología digital, y sugiere recomendaciones para abordar este tema candente.
Para ello lanza cuatro mensajes claves:
- La discriminación por edad es una barrera clave que afecta el diseño, la adopción y el uso de la tecnología digital.
- La discriminación por edad en el contexto de la tecnología digital se produce a nivel macro (diseño y políticas), meso (entorno social y organizativo) y micro (individual). Estos tres niveles también interactúan e influyen entre sí.
- Es necesario un cambio de paradigma en nuestra comprensión de: Qué tecnologías digitales quieren y necesitan las personas mayores; la capacidad de las personas mayores para utilizar la tecnología digital; y cómo las personas mayores están incluidas y tienen “voz” en el proceso de diseño de la tecnología digital y las políticas relacionadas.
- Para mejorar la alfabetización digital y aumentar el uso y la adopción de la tecnología digital entre las personas mayores, las intervenciones políticas deben centrarse en eliminar los estereotipos, los prejuicios y la discriminación basados en la edad, en lugar de aceptar el envejecimiento per se, como una barrera para el uso y la adopción de tecnología digital.
Las tecnologías son buenas, son necesarias, nos ayudan a hacer la vida más sencilla y cómodas, pero para que esto sea así deben ser comprensibles y adaptadas a las necesidades de todas las personas. A veces, la complejidad de las mismas nos, recuerdan y reproducen el tradicional procedimiento administrativo pensado no para la persona usuaria sino para el bien de la propia administración. Nos recuerda también al farragoso lenguaje legal y administrativo que, cada vez más habitualmente va haciéndose amigable con las personas destinatarias y usuarias, con la ciudadanía.
Queda mucho por digitalizar. pero queda todavía mucho más por hacer la digitalización amable con la ciudadanía cuando se parte de la administración.
Ahora bien, también debemos recordar que como ciudadanía no vale renunciar a adquirir unos mínimos conocimientos básicos que nos ayuden a mantenernos ligados a la realidad social que vivimos y que nos vienen de aquí en adelante en esta materia.
Es una responsabilidad bidireccional. Y sino recuerda cuando pasamos a disponer de smartphones y muchas personas mayores decían “eso no es para mí” pero al final si o si todas y todos nos vemos obligados a que sea así, bien por necesidad de comunicarnos con nietas y nietos, bien para redes sociales, etc,
Hay que avanzar, hay que aprender, hay que desarrollar, pero también hay que hacer convivir determinados espacios temporales entre lo digital y lo analógico sobre todo en derechos fundamentales como la salud o en otros derechos ante determinados gigantes empresariales que se olvidan que muchos de sus clientes son personas que no saben relacionarse con ellos de manera digital.
¡Tiempo al tiempo!