En la semana del 25 al 31 de mayo me ha llamado la atención en la prensa las siguientes cuestiones relacionadas con el envejecimiento activo.
Lo primero comentaros que en Bilbao seguimos bajo un tiempo invernal aunque estemos en mayo. Es más la cosa es tan llamativa que empiezan a proliferar chistes varios por las redes sociales y el asunto es motivo de noticia en los informativos.
Aun así, y menos mal, tenemos programadas por el territorio tantas actividades que resulta difícil quedarse en casa. Al aire libre se nos anuncia para el 2 de junio la tradicional subida a los “montes bocineros” que las Juntas Generales de Bizkaia organizan. Una buena excusa para, además de hacer ejercicio en familia subiendo al monte, aprovechar la excusa para explicar a los más jóvenes que es la foralidad, que son las Juntas Generales y como se convocaban antiguamente, cuando las redes sociales no existían.
¡Por cierto! Redes sociales que ya empiezan a ser también discriminativas por edades. Si se ha venido hablando de la brecha digital que las nuevas tecnologías crea entre los más mayores y las nuevas generaciones hasta el punto de asignar el termino analfabeto digital para toda aquella persona que no controla de los temas informáticos básicos, ahora resulta que las redes sociales más utilizadas empiezan a generar discriminaciones de edad o generacionales.
Y menos mal que los métodos tradicionales del boca a boca o de poner un papel en la entrada del hogar del jubilado siguen siendo suficientes para que a la llamada a comer, las personas mayores en el municipio de Gernika consigan reunir a un millar de personas.
Mientras, en Durango, se han celebrado esta semana las quintas Jornadas de Teatro de Personas Mayores. ¡Ojo! De mayores y no para mayores. Si la semana pasada hablábamos de la autogestión de las entidades de mayores, en este caso ya hablamos de mayores que proyectan su actividad al conjunto de la sociedad. En este camino habrá que profundizar.
En Zaldibar, le han organizado un reconocimiento a Balendin Lasuen, de 89 años por toda su trayectoria de dedicación al pueblo. Sin duda en cada pueblo habrá más de un Balendin con quien hacer algo parecido pero nuevamente una nueva oportunidad para no perder y explicar a los más jóvenes que antes se hacían tantas o más cosas pero seguramente con muchos menos medios y recursos. La innovación no se ha inventado hace dos días y muchos de nuestros mayores fueron grandes innovadores de los que nos queda mucho por aprender.
Esta semana hemos celebrado el día mundial sin tabaco. Ya sabemos que el tabaquismo es uno de los factores que perjudican el envejecimiento. Por varios motivos: sin duda por los efectos negativos que tiene sobre la salud, pero también por el gasto económico que supone no solo en la vejez sino a lo largo de toda la vida. Imaginemos si sumáramos lo gastado en tabaco durante toda la vida para invertirlo en un plan de pensiones. Pues sin duda la situación económica en la vejez cambiaría sustancialmente.
Pero bueno, de la primera parte nos habló el consejero de Salud del Gobierno Vasco, Jon Darpón, en un encuentro con jóvenes para inculcarles que fumar no es nada bueno.
Por su parte, el Ayuntamiento de Mungia ha organizado una semana sobre la salud con muy buenos resultados. Otra iniciativa de educar a los jóvenes desde edades tempranas en hábitos de vida saludables.
Pero también nos han recordado esta semana que tenemos jóvenes machistas para rato, y ello pese al trabajo que venimos realizando desde hace décadas. Parece que todo esfuerzo es poco pero no es así. Lo que pasa es que el camino es muy, pero que muy largo y queda mucho por recorrer. Quizás, si las personas más jóvenes preguntaran y escucharan a sus mayores sobre esta materia y sobre los avances dados en las últimas décadas se quedarían asombrados de los derechos de que disfrutan y por los que ellos no lucharon, pero sus mayores sí.
Y la Fundación Bizitzen y el Patronato de Bienestar Social de Bermeo han organizado un curso sobre manejo de personas dependientes, con el fin de dar a conocer las estrategias básicas para aplicar en el cuidado diario de las personas enfermas. Por su parte, Durangaldea medita sobre la dependencia mediante la organización de un Work Kafe.
Pero el consejero Darpón también decía, en una conferencia el pasado lunes que el Gobierno Vasco avisa de que el gasto sanitario no puede crecer más. Se me antoja difícil conciliar esta afirmación con los datos demográficos a corto y medio plazo. Y si a esta ecuación le introducimos la tercera variable, Estado de Bienestar, la ecuación es a priori irresoluble.
Quizás por ello trabajar en el desarrollo del paradigma, de la cultura del envejecimiento activo pueda ayudar en gran medida a aliviar las tensiones de la ecuación planteada.
Y es que los semáforos ya se iluminan en color diferente al verde. La OCDE nos informaba esta semana que “España queda rezagada en el índice de bienestar que elabora la OCDE”. Este Índice permite comparar el bienestar en distintos países basándose en 11 temas que la OCDE ha identificado como esenciales para las condiciones de vida materiales y la calidad de vida.
Tampoco nos hacía falta que la OCDE nos lo recordara porque para eso ya está la Unión Europea que persiste en exigir al Estado español más sacrificios en pensiones, reforma laboral e impuestos. Se empeñan en amargarnos la vejez.
Y lo que todavía es más injusto y equivocado. Se empeñan en confundir en el tótum revolútum la crisis económica a la que ellos nos han llevado por su incompetencia, con los efectos que el envejecimiento de la población empieza a generar y generará en el corto y medio plazo y que a pesar de los avisos que desde Naciones Unidas se hicieron en la Iª Conferencia Internacional sobre envejecimiento activo de Viena en 1982, no han sido capaces de hacer nada a día de hoy.
Y ahora nos vienen con medios parches y tiritas. Con un grupo de sabios al que le han encargado un informe para ver cómo arreglar esto. Y en ello que el “grupo de expertos” les adelanta el borrador del informe y a los técnicos de la administración de hacienda estatal no les vale porque se les queda corto. Y entonces el grupo no termina el informe y en estas estamos. Unos con hambre y otros con ganas de comernos.
No solo aquí. Otros países europeos están igual. Y parece que empieza a apretar tanto el cinturón y la soga al cuello que algunos piden aflojar un poco. Lo piden no los que empezaron el régimen hace años, sino quienes en los últimos años han estado de festín y banquete.
La cosa está tan mal y peor que va a estar en lo económico, que ya no queremos ni heredar.
No hace mucho las personas mayores te decían que tenían guardado “un dinero” para por si acaso. La verdad es que el por si acaso, siempre era para hijos y nietos. Rara vez para ellos y si así era, la cosa era absolutamente imprevista o sobrevenida. Ahora ya empieza a no ser ni así.
Quizás dar algún paso para atrás para recordar el porqué de las cosas nos ayude en cierta medida a valorar por lo que debemos de seguir luchando para que no desaparezca.
Luchando nosotros ahora para que no os quiten a vosotros, las personas mayores, lo que no han sabido gestionar ni administrar los que hoy y ayer decían que nos gobernaban.
Menos más que en algunos sitios algo de margen de maniobra nos queda por ser más autónomos e independientes.