Real Decreto-ley 5/2013: medidas para favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad y promover el envejecimiento activo.
El pasado viernes 15 de maro de 2013 el gobierno español aprobó el Real Decreto-ley 5/2013, de 15 de marzo, “de medidas para favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad y promover el envejecimiento activo”.
Desde su párrafo inicial ya se nos explican los factores que determinan las decisiones para adoptar dichas medidas: “Los sistemas de pensiones de los países de la Unión Europea se enfrentan a importantes desafíos en el medio plazo derivados de fenómenos demográficos. Las bajas tasas de natalidad y el alargamiento de la esperanza de vida exigen la adaptación de estos sistemas para asegurar su viabilidad en el largo plazo y mantener unas pensiones adecuadas para el bienestar de los ciudadanos de más edad”.
España no es ni ajena ni analfabeta en materia de envejecimiento activo. Dos han sido las Conferencias mundiales que Naciones Unidas ha celebrado en materia de envejecimiento activo; la Iª Conferencia Mundial de Viena en 1982 y veinte años después, la 2ª en Madrid 2002. Además, España ha sido la sede de la Conferencia Ministerial de la CEPE sobre el Envejecimiento, León 2007.
España aprobó en 2011 el “Libro blanco de envejecimientoactivo” en el que se realizaba un análisis por áreas de la situación y se planteaban una serie de recomendaciones.
La verdad no son muchas las personas que comprenden lo que el concepto envejecimiento activo quiere expresar y conseguir en su globalidad. Y lo que es más grave de esas pocas personas casi ninguna pertenece a la clase política.
De una forma muy sencilla diremos que cuatro son los pilares del envejecimiento activo: salud, participación, seguridad y aprendizaje a lo largo de la vida. Cuatro pilares que contienen en sí mismo muchos conceptos que difícilmente pensaríamos fueran motivo de trabajo en esta materia.
Desde mi humilde opinión el envejecimiento activo es una nueva forma de afrontar y entender la realidad diferente que nos ofrece el incremento de la esperanza de vida. Si hasta hace muy poco entendíamos el ciclo de la vida como infancia, etapa laboral y jubilación, donde esta última estaba unida irremediablemente más pronto que tarde con la muerte, ahora la cosa no es así.
Nuestra sociedad tiene ahora más etapas: infancia, adolescencia, etapa laboral, jubilación con buena salud y jubilación en situación de dependencia.
Los políticos del Estado español están descubriendo el envejecimiento activo como quien descubre las molestas piedras en el zapato. A medida que les van haciendo daño. Con un acelerador coyuntural como es la crisis económica en que nos vemos inmersos en este momento.
Pero el envejecimiento activo ha de hacer frente, ha de preparar la sociedad para una circunstancia que no es coyuntural, sino que será estructural al menos en los próximos 40 años como mínimo.
Este Real decreto-ley, era necesario, sí. Pero no se puede empezar la casa por el tejado. Máxime cuando no hace ni un mes que pudiendo utilizar esta misma argumentación inicial del real decreto, el mismo partido político hacia justo lo contrario en materia de sanidad.
Es verdad que “el incremento de la edad de jubilación, la prolongación de la vida activa y el incremento de la participación en el mercado de trabajo de los trabajadores de más edad suponen elementos básicos para la adecuación y sostenibilidad de las pensiones”. Es verdad que “es recomendable vincular la edad de jubilación a los aumentos de la esperanza de vida, racionalizar el acceso a los planes de jubilación anticipada y a otras vías de salida temprana del mercado laboral, y favorecer la prolongación de la vida laboral, facilitando el acceso al aprendizaje a lo largo de la vida, desarrollando oportunidades de empleo para los trabajadores de más edad y fomentando el envejecimiento activo”. Es verdad que hay que “luchar contra la discriminación por razón de la edad en el mercado de trabajo”.
Pero también es aún más verdad que “la cuestión del envejecimiento activo debe abordarse de forma integral”.
Casi todo lo que hagamos en materia de envejecimiento activo pensando en el colectivo de personas que hoy tienen 65 o más años serán políticas paliativas. Los políticos actuales deben de pensar que están esculpiendo el modelo de sociedad que ellos y sus hijos van a tener que vivir, que es sustancialmente diferente al que viven sus padres, vivieron sus abuelos y también vivirán sus nietos.
A los políticos de hoy hay que pedirles que gestionen las políticas que se diseñaron ayer pero sobre todo que sean capaces de diseñar hoy las políticas que deberán gestionar los políticos del mañana.
No es de recibo que el gobierno de España, utilice con esta alegría el término envejecimiento activo en un Real Decreto-ley como el aprobado el pasado viernes y mientras tanto de palos en los otros pilares del envejecimiento activo.
Enfoquen ustedes las pensiones y reglamentación no desde el pilar de la participación, sino desde el pilar de la seguridad y ya verán como el decreto saldría sustancialmente diferente.
Ya les adelanto, que además de las trampas que ya nos hemos permitido en materia de prejubilaciones hasta ahora, en pocos años nos deberemos seguir haciendo trampas en la arquitectura legal que hoy están implantando, porque con la situación coyuntural de paro en la que estamos, con una problemática de paro para las personas de 55 y más años tan acuciante ¿Quién tendrá 35 años de cotización al llegar a los 67? ¿Aplicaran entonces los mecanismos reductores dejando a las personas pensionistas con una mísera pensión? Si lo hacen habrán de saber que se debe a la burbuja inmobiliaria que nadie alimentó pero que todos la mataron.
Señores del gobiernos, de los gobiernos en general, no utilicen el termino envejecimiento activo para justificar sus necesidades de recortar. Sean valientes y tengan capacidad de mirar el futuro más allá de un lustro, porque nos hace falta sobrevivir a la actual situación, pero sobre todo nos hace falta políticos de talla que sean capaces de montar los pilares sobre los que desarrollar la sociedad de los próximos 40 años.
Empiecen por las medidas de largo plazo:
- hay que promover el incremento de la natalidad y para ello …
- hay que educar a la ciudadanía ante esta nueva realidad y para ello…
- hay que solventar las situaciones de riesgo de la actual situación y para ello…
Pero sobre todo hay que ser valientes para dar la cara y responsabilizarse del diseño de la sociedad del siglo XXI.
Y para ello el envejecimiento activo habrá de ser un paradigma a utilizar pero no a esgrimir.
No empiecen la casa por el tejado y sobre todo no contaminen el envejecimiento activo para justificar las necesidades de recortes urgentes de una situación que ya se les había anunciado hace tres décadas y ustedes no han hecho nada, porque estaban muy ocupados en otras cuestiones.