El pasado viernes 28 de junio, Innobasque organizó en Bilbao la presentación de la Guía europea para la innovación social.
El acto contó con una nutrida y variada participación de ponentes: Agnes Hubert (Comisión Europea – Oficina de Consejeros de Política Europea –BEPA-); Liesbet de Letter (Comision Europea); Mikel Landabaso (Comisión Europea – Dirección General de Política Regional. Centro de Competencia de Crecimiento Inteligente y Sostenible); John Edwards (Comisión Europea – Smart Specialialisation Platform S3); Arantza Tapia (Consejera de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco); Juan María Aburto (Consejero de Asuntos Sociales del Gobierno Vasco); Gorka Espiau (Embajador de SIX – Social Innovation Exchange); Txema Franco (Lantegi Batuak); etc…
Además de la presentación de la Guía, también se presentó Resindex, un índice regional para medir la innovación social.
El Tercer Milenio es el comienzo de una nueva era: la tecnológica. Lo cual genera tensión y conflicto en todas las dimensiones de la vieja sociedad, como de todos los sectores que interviene en la transición de una vieja a una nueva sociedad, donde el pasaporte de ingreso a esta nueva sociedad, es el conocimiento y el manejo de las TIC.
Esto crea un brecha entre los perdedores y los ganadores en el ingreso a esta nueva era.
Otra característica de esta nueva sociedad, es su matriz social con una alta carga de envejecimiento poblacional, esto como siempre puede ser un problema para muchos y una oportunidad para pocos.
Otro aspecto coligado con este «proceso» es la autonomía y libre circulación del capital, el cual esta coligado íntimamente con las nuevas formas de producción y la tributación fuera (tercer país) del país de producción y/o ganancia de los «nuevos» oligopolios transnacionales.
Esto ha «golpeado» fuerte en tres estructuras básicas de la vieja sociedad: el empleo, la producción y el consumo. El empleo ha sido triturado y ha desaparecido, esto ha golpeado fuerte a la familia, y la familia ha empujado a la caída del consumo, a lo cual se suma la peor epidemia que contamina a la nueva sociedad, lo cual ha llevado a múltiples cambios en los paradigmas.
Cómo médico gerontólogo e investigador social, se que en este nuevo mundo no hay lugar para los pobres digitales, los que son un 80 % de la población mundial. Pobres, enfermos, viejos/as y solos/as e hijos «discapacitados sociales».