El instituto nacional de estadística (INE) hacia público hoy los datos del número de nacimientos, edad media a la maternidad y número de matrimonios que se dieron en 2012 en el Estado español.
A pesar de ello, el gobierno no convocará a un comité de sabios para que redacte un informe de cómo podemos atajar las causas de los efectos que se pueden observar en este informe.
Para recortes y tijeretazos sí. Para atajar parte de las causas del fenómeno, no.
Además causas sobre las que también más pronto que tarde habrán de lanzarse políticas de emergencia.
En resumidas cuentas, el informe no aporta nada que no supiéramos ya. Pero si constata la tendencia clara de la demografía.
En 2012 nacieron en España 453.637 niños o niñas, lo que supuso una reducción del 3´9% en el número de nacimientos respecto al año anterior.
Las causas del descenso en el número de nacimientos las sitúa el INE en dos factores.
Por un lado una menor fecundidad -disminuyó el número de hijos por mujer- desde 1,34 en 2011 a 1,32 en 2012.
Por otro lado, la progresiva reducción del número de mujeres en edad fértil -el número de mujeres entre 15 y 49 años desciende desde el año 2009, debido a que llegan a esas edades generaciones de mujeres menos numerosas, nacidas durante la crisis de natalidad de los ochenta y primera mitad de los noventa, y al menor aporte de la inmigración exterior en estos últimos años-.
Pero además las mujeres son madres a edades más tardías. La edad media a la maternidad aumentó hasta 31,6 años.
Y lo que ya sabíamos; vivimos cada vez durante más tiempo.
La esperanza de vida al nacimiento se redujo ligera mente respecto al año anterior, cifrándose en 82,2 años. En varones alcanzó los 79,3 años y en mujeres los 85,0, lo que supuso que en varones se mantuvo igual y bajó 0,2 años en mujeres.
De acuerdo a las condiciones de mortalidad del momento, una persona que alcance los 65 años esperaría vivir, de media, 18,4 años más si es hombre y 22,4 más si es mujer.
Y con todos estos datos en la mano uno se pregunta ¿Para cuándo políticas para el fomento de la natalidad?
Lógicamente no se trata de cheque bebe, ni migajas similares. Se trata de diseñar unas políticas que animen a la población joven en edad de crear una familia a que se pongan a ello.
Se trata de que existan oportunidades de empleo estable que permitan no estar un día sí y otro también pensando que es mejor no tener hijos porque “con qué los voy a poder mantener”.
Se trata de generar una política de vivienda para que el acceso a la misma no suponga que más de la mitad del salario lo destines de por vida a pagar un alquiler. Y digo alquiler porque a ver quién es el guapo al que a día de hoy le dan una hipoteca para comprar vivienda.
Y se trata de legislar unas adecuadas políticas de conciliación de la vida familiar y laboral.
Señores gobernantes, lo que los abogados llaman “el legislador”, lo fácil aunque impopular es recortar de lo que hay. Lo difícil es promover lo que no hay, con valentía y decisión.
Lo que está pasando y seguirá pasando en la parte alta de la pirámide demográfica, por lo menos hasta mediados del siglo XXI, eso ya no lo van a poder variar demasiado.
El mayor margen de maniobra lo tienen en sembrar en la parte baja de la pirámide poblacional.
Así que ajustes, recortes o cualquier otra palabra que se les pueda ocurrir para intentar maquillar la que se nos viene encima es política cortoplacista.
Porque su NO política de fomento de la natalidad lo que va a hacer por su incompetencia e ineficacia es prolongar en el tiempo el envejecimiento de la población.
Eso si, no se preocupen que con el propio paso del tiempo a partir de medidos del siglo XXI el problema remitirá por si solo.
Pero claro como para entonces Ustedes no estarán, que más les da.