Ayer se celebró el esperado Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, donde la sanidad española a excepción de algunas comunidades autónomas como Euskadi, decidía dejar fuera los tratamientos de reproducción asistida en el sistema sanitario público.
El debate estaba servido. Una cuestión ideológica de la derecha. Un derecho de la mujer a ser madre. Un ahorro en tiempos de crisis.
El argumentario es variado. Aun así mi reflexión va a ser breve.
Con la carencia demográfica que tenemos en nacimientos, lo que deberíamos hacer es dar todo el apoyo posible a todas aquellas mujeres que quieran ser madres, que quieran tener hijos e hijas.
Recientemente nos informaban que los países de la UE tienen más población mayor de 65 años que menor de 15 años. Un dato que ya de por si debiera hacer saltar todas las alarmas del panel de mando de los gobiernos.
Si a este dato le sumamos los datos de población de más de 65 años y su evolución en las próximas décadas, la cosa pinta fea, muy fea.
Así que argumentar en base a ahorro el impedimento de las mujeres sin pareja o las uniones de lesbianas a las técnicas de reproducción asistida es antes que nada una irresponsabilidad política.
Las personas y entidades con responsabilidad política tienen la ineludible obligación de promover cualquier política y cuantas acciones sean posibles para el fomento de la natalidad.
Esto pasa primero por que se den facilidades para las personas jóvenes quieran tener descendencia, quieran formar una familia en cualquiera de sus modalidades. Para ello habrá que garantizarles un trabajo digno que les permita ganar el sustento de dicha familia. Pasa también por facilitar (que no regalar) una vivienda digna, y pasa por fomentar ayudas a la maternidad y a la crianza de hijos e hijas.
Hoy no es mi intención abordar un análisis, un diagnostico o una batería de propuestas. Hoy solo quiero expresar mi rechazo a la medida de Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
Pero sobre todo dar mi absoluto respaldo al Gobierno Vasco por no adoptar esta medida. Mi felicitación al Lehendakari Urkullu y al Consejero de salud Dr. Darpón.
De la misma manera que me enorgullezco de, con todos los matices que se quiera, seguir dando asistencia sanitaria a quienes llevan conviviendo con nosotros desde hace un año.
Ahora nos toca seguir trabajando para el fomento de la natalidad, para el fomento de acompañamiento y ayuda en la crianza de los menores –conciliación, ayudas, etc…-.
Porque como dice el refrán “quita y no pon, se acabó el montón”.