Standars & Poor´s, esa afamada e internacional agencia de calificación crediticia que de tanta utilidad fue a la hora de predecir la que se venía encima a todos los españoles antes de la crisis ha publicado un informe con la necesidad de adoptar medidas en el escenario económico de las próximas décadas por el futuro de las pensiones y su impacto en la economía global de España.
Según Cinco Días, el informe dice que “si España no adopta medidas para hacer frente al coste que supondrá el envejecimiento de la población, el déficit y la deuda del país alcanzarían cotas insostenibles en 2050, que colocarían el rating del país en la categoría de grado de especulación o -bono basura-”.
No seré yo quien haga un ranking de calificación de la fiabilidad, credibilidad e independencia de este tipo de agencias. Ahora bien, lo que sí voy a hacer una y mil veces es reivindicar la exigencia de que cuando hablemos de pensiones no seamos tan necios de confundir a los actuales pensionistas con los futuros pensionistas.
Todos sabemos que el sistema de pensiones no se basa en el yo cotizo lo que yo luego cobraré. Nada más lejos de ello. Yo cotizo para que cobre los que hoy son pensionistas.
Por tanto a sabiendas de la deriva que la demografía en España tiene desde hace décadas ¿Quién no está tomando medidas desde hace ya bastante tiempo? Solo hay una respuesta posible: el legislador.
Extasiados de la política con mayúsculas que en España hubo de hacerse en la transición, parece que ya con aquello todo estaba hecho. Y no es así. Aquello, con el reconocimiento que hay que darle, ni más ni menos, a sabiendas que unos tuvieron que dejar pelos en la gatera (los otros no, los otros los pelos que supuestamente dicen dejaron en la gatera el resto lo consideramos mínimos democráticos), aquello servía para restaurar mínimamente 42 años de inexplicable sinsentido.
Y si hablamos del sistema de pensiones en España y de su sostenibilidad debemos de tener en cuenta algunos factores.
El pacto más importante en esta materia, el que supuso el diseño de la arquitectura del sistema de pensiones fue el llamado Pacto de Toledo, en 1995. Es decir, 17 años después de la restauración de la democracia en España. Pero también 13 años después de la Iª Asamblea Mundial sobre envejecimiento activo celebrada por Naciones Unidas en 1982 en Viena.
Por tanto ya se constataba a nivel internacional la dirección demográfica que el planeta en general y los países de Europa en particular experimentarían de no adoptarse cambios al respecto.
En 2020, Madrid fue la anfitriona de la IIª Conferencia mundial sobre envejecimiento. Para dicha conferencia y de ahí en adelante, la publicación de datos en referencia al envejecimiento de la población en España se ha incrementado exponencialmente.
Por tanto ¿Por qué hasta ahora no se ha actuado?
Hace pocos días el Gobierno de España aprobaba el Real Decreto-ley 5/2003 de medidas para favorecer la continuidad de la vida laboral de los trabajadores de mayor edad y promover el envejecimiento activo. De esto ya hablamos en un post anterior.
Ahora, viene Standars & Poor´s y saca el informe al que nos referimos. Un informe que sin duda alguna servirá a nuestros políticos para encararse los unos a los otros con infinidad de datos y reproches.
Pero lo más grave es que una vez más el envejecimiento activo entrará en la agenda, en el debate desde un punto de vista negativo, consecuencia de la incapacidad proactiva de nuestro Legislador.
A mí me interesa el informe por muchos motivos pero sobre todo para que la gente entienda que el envejecimiento activo no son únicamente las políticas de, o para las personas mayores. El envejecimiento activo son las políticas y las acciones para llegar a mayores en las mejores condiciones posibles. Y es por ello que el envejecimiento activo debe estar presente desde la edad más temprana posible.
La realidad social que estamos viviendo y que nos va a tocar vivir es absolutamente novedosa, porque como dice Pérez. J “se ha democratizado el envejecimiento”.
Estamos en un momento social en que coinciden los suficientes factores como para que nunca antes se diera la actual situación: somos más y vivimos durante más tiempo. Pero es ahora cuando empezamos a vivirlo.
Y digo empezamos porque de aquí en adelante la cosa irá a más y a más, por lo menos hasta mediados del siglo XXI. Pero lo que hagamos en los pensionistas de hoy será siempre paliativo. Lo que cambiemos en las reglas de juego de las pensiones del mañana, las de dentro de 20, 30 ó 40 años debemos definir sus reglas ya.
Con la actual crisis ¿Quién es el iluso que pueda pensar que se asegura la pensión con las actuales reglas de juego? Con unos índices de paro como los actuales, bien sea en paro juvenil o en paro de 55 ó más años ¿Quién tendrá cotizados los años legales necesarios? Entonces tendremos que volver a hacernos trampas en el solitario porque no podemos dejar que la gente se muera de hambre.
Es el momento Sr. Legislador, de ser valiente. De decir a la gente de menos de 45 años cuales van a ser sus reglar de juego en el campo de las pensiones. Porque usted, Sr. Legislador, cree que las de la gente de su edad, 50 ó más años, están seguras. Pero eso es un error. Las suyas cree están seguras porque ya se ha hecho Usted Sr. Legislador un traje a medida para legisladores, pero piense Usted que de la misma forma que lo intocable hasta ahora empieza a ser tocable por necesidad para el legislador, también las excepciones podrán ser tocadas.
El envejecimiento activo Sr. Legislador, es entender la forma de hacer política de una manera diferente a la realizada hasta ahora. Es hacer política sabiendo que debe dar respuesta a un periodo de vida nuevo, la vejez democratizada. Porque ya, una de cada cuatro personas en España tiene más de 65 años, pero en diez años serán una de cada tres. Incluso algún informe de Naciones Unidas, para el caso de España auguran una de cada dos.
Y sin darse cuenta Usted será una de ellas y estará sujeto a las normas que legislo, pero con una diferencia, será uno más de millones y no uno más de 365.
Cuando lea el informe de Standars & Poor´s, no lea solamente números. Póngales cara y ojos a las cifras y si no es capaz de hacerlo sepa que una de esas caras es la suya y dos de esos ojos son los suyos.